L´arrivée.

Tú entras en la T4 y le dices a los muchachos que te tienen que llevar a Burdeos que tú no piensas dar ninguna indicación, y enseguida los ves tó listos directitos a facturar en Bussines Class hasta que les echan a clase turista porque menos que eso no hay nada. Sin trauma ninguno se van hacia las máquinas de check in "pero espera Luis que ahí está el de El Hormiguero, haznos una foto", pues venga. Maletas facturadas y te acuerdas de sus madres (sin acritud) recordando que les advertiste que no podían llevar líquidos en cabina. Dos cocacolas, seis zumos, Aquarius,  botellas de agua..."no sea que se me deshidrate mi niño", pensarían ellas. Con la emoción a ras de piel (y la vejiga llena), ya los ves corriendo con los carros y metiéndose en la Sala Vip porque les acabo de explicar que lo de hacerse el tonto abre muchas puertas y que fusilarte no te van a fusilar, simplemente te echan. Y eso pasó.


Entre el flequillo de Dani aparece Burdeos.  Entre la gente aparece Pascal Pradeau. Primer contacto con un aborigen. Para las presentaciones se defienden: "dientes, dientes" que dirían otras. 40 Rue Montfaucon, por si pasas por aquí. La casa merece un post propio, ya la verás. Entre unas cosas y otras te acuestas a las tantas, así que dormid cuánto queráis que estaréis cansados. Seis horas y media después ya está todo el mundo en pie."Estos me van a tener movidito", piensas con resignación.

Lo primero el abono mensual para el tranvía y el bus, tarjetas de móviles... y la primera encerrona. Te metes en un McDonald y pides para tí y, con mucha penita, te sales a la terraza,  los abandonas en la cola y allá que se las apañen. Pues sí, salieron con sus hamburguesas (12 para ser exactos) no sé si es lo que quisieron pedir o lo que le entendieron, pero no dejaron ni una.

Y, como prueba irrefutable de que hemos llegado, la ya mítica foto con la tortuga de Place Victoire. Estamos aquí !!